Cuando se habla de la cantidad de dinero que hay en circulación en la economía, a veces surge la duda de qué es dinero y qué no es dinero.

Los economistas usan varias medidas de la cantidad de dinero en una economía: M0, M1, M2. De igual forma, se suele distinguir entre base monetaria y masa monetaria (a esta última también podemos denominarla oferta monetaria). La persona que no tenga ciertos conocimientos de macroeconomía puede llegar a pensar que base monetaria y masa monetaria son lo mismo, pero son muy distintas en cuanto a su composición, y, lo que es más relevante, en cuanto a su impacto en la estabilidad de precios y en la estabilidad económica en general.

Dinero bancario y dinero estatal

Para entender mejor los conceptos de base monetaria y masa monetaria, conviene tener clara la distinción entre el dinero bancario, compuesto por depósitos bancarios, y el dinero estatal, que es el que emite el banco central.

Dinero bancario: los bancos crean dinero cuando conceden préstamos. Es lo que se explica en este otro artículo. De forma resumida, si un banco me presta 10.000€, realmente no me está prestando euros, sino el derecho a recibir euros. El dinero que ves en tu cuenta corriente no son euros, es una deuda del banco contigo, una deuda que puedes cobrar cuando quieras. Es decir, cuando yo me endeudo con el banco, el banco también se está endeudando conmigo. Como hemos dicho, la deuda del banco se paga en euros, es decir, en monedas y billetes. Estas monedas y billetes forman parte de lo que podemos denominar dinero estatal.

Dinero estatal: se le denomina también dinero de alta potencia (high-powered money) porque está por encima del dinero bancario en cuanto a calidad (menor riesgo) y en cuanto a forma de extinguir deudas. El dinero estatal lo emite el banco central (que es una institución del Estado), y lo conforman dos tipos distintos de dinero:

  • Monedas y billetes (dinero en efectivo). Son los que usamos en nuestro día a día para hacer compras, y es lo que nos entrega el banco cuando vamos a «sacar dinero» al cajero automático.
  • Reservas bancarias. Son como monedas y billetes pero en formato electrónico, con la salvedad de que sólo los bancos (y también el Estado) pueden disponer de ellas y hacer transacciones con ellas. Los ciudadanos de a pie y las empresas no financieras (es decir, las empresas que no son bancos) no pueden tener reservas. Sólo los bancos pueden. Los bancos utilizan estas reservas para respaldar el dinero bancario que ellos crean. Cuando realizamos transferencias bancarias a cuentas corrientes en otros bancos, nuestro banco le transfiere reservas a esos otros bancos. De igual forma, cuando sacamos dinero del cajero, el banco puede convertir sus reservas en monedas y billetes para entregárnoslos (como he dicho, nosotros no podemos tener dinero en forma de reservas, el banco sólo puede darnos dinero en efectivo).

Decía antes que el dinero estatal tiene menos riesgo que el dinero bancario. Esto es así porque el dinero bancario es una deuda que se cobra en dinero estatal, y siempre existe la posibilidad (aunque sea remota) de que el banco no pague su deuda. Es un riesgo que te ahorras si mantienes tus saldos de dinero directamente en forma de monedas y billetes, aunque son mucho más incómodos de usar para atesorar valor y para realizar transacciones.

Hemos dicho también que el dinero bancario es deuda de los bancos. ¿Podemos pensar entonces que el dinero estatal es deuda del Estado? A tratar estas cuestiones dedico este otro artículo.

Explicado qué es el dinero bancario y qué es el dinero estatal, podemos entrar a definir los conceptos de base monetaria y masa monetaria

Base monetaria y masa monetaria

La base monetaria la conforma íntegramente el dinero estatal o dinero de alta potencia. Es decir, la base monetaria es la suma de los billetes y monedas en circulación y de las reservas bancarias. Por su parte, la masa u oferta monetaria es la suma de los billetes y monedas en circulación y de los depósitos bancarios.

De esta definición se desprenden las siguientes implicaciones y aclaraciones:

  • Lo normal es que la masa u oferta monetaria sea superior a la base monetaria. Esto es así porque los bancos funcionan con reserva fraccionaria, lo cual quiere decir que los bancos no mantienen reservas para respaldar el 100% de los depósitos que han creado, sino que sólo mantienen una pequeña fracción para hacer frente a las salidas de reservas que se van produciendo. Por tanto, hay más depósitos bancarios que reservas para respaldar esos depósitos.
  • La mayor parte de la base monetaria son las reservas bancarias, que no pueden ser utilizadas ni por ciudadanos ni por empresas. Por tanto, los aumentos de la base monetaria por el lado de las reservas bancarias no tienen por qué generar inflación, al menos no en los bienes y servicios (caso aparte es el de los activos financieros). El banco central tiene control más o menos directo sobre la base monetaria (al fin y al cabo, está compuesta por sus propios pasivos), pero tiene escaso control sobre la oferta monetaria, que depende en su mayor parte de la concesión de crédito por parte de los bancos.
  • La inmensa mayor parte de la masa u oferta monetaria son depósitos bancarios (dinero bancario). El dinero en efectivo cada vez se usa menos. Por tanto, la mayor parte de la oferta monetaria depende de la actividad bancaria (creación de depósitos, que a su vez va íntimamente ligada a la concesión de crédito).
  • La masa u oferta monetaria es el dinero que los ciudadanos y empresas sí pueden utilizar para realizar transacciones y para atesorar valor. Por tanto, son los incrementos de la masa monetaria los que producen inflación (siempre, claro, que ese dinero se utilice para comprar bienes y servicios, en lugar de dejarlo inmovilizado). De esto se deriva otra consecuencia importante, y es que la capacidad del banco central de incrementar la inflación mediante el aumento de la base monetaria es más limitada de lo que habitualmente se presupone. De hecho, los incrementos de la base monetaria por parte de la Fed (el banco central de EEUU) tras la crisis de 2008 apenas se tradujeron en inflación, precisamente porque la oferta monetaria no crecía al mismo ritmo o incluso se contraía.

Los economistas suelen denominar a la base monetaria «M0» (la «M» viene de «money»). Para la oferta monetaria, suelen utilizar más de un indicador, dependiendo de qué clases de depósitos bancarios se incluyan en el cálculo. Así, la M1 abarca el dinero en efectivo y los depósitos a la vista (cuentas corrientes), que es la masa monetaria tal y como la hemos explicado en este artículo. La M2 es la suma de la M1 y de los depósitos a plazo. La M3 es la suma de la M2 y otros tipos de depósitos o deuda bancaria. Aunque la M3 incluye a la M2, y la M2 incluye a la M1, no hay que caer en el error de pensar que la M1 incluye la M0. La M1 incluye sólo una pequeña parte de la M0 (el dinero en efectivo).

Entender bien los conceptos de base monetaria y masa monetaria nos ayuda a interpretar la política monetaria de los bancos centrales, y también a comprender mejor el fenómeno de la inflación. Para esto, también es conveniente saber cómo se crea y cómo se destruye el dinero, a lo cual dedicaré un próximo artículo.